Cada uno de nosotros quiere comer bien, pero no arruinarse en los viajes a la tienda.
Optimizar los costos de los alimentos es el uso inteligente del dinero, el tiempo y los recursos para comer alimentos sabrosos, variados y saludables. Aquí hay once maneras de ayudarle a tener éxito.
1. Planifica tu menú de la semana
Cuando sabes de antemano qué vas a cocinar, se reduce el riesgo de compras espontáneas y costosas. Haz un menú para la semana y crea una lista de compras en base a él: así comprarás sólo lo que realmente necesitas y evitarás gastos innecesarios.
Por ejemplo, si sabes que cocinarás sopa de lentejas el lunes y pasta con verduras el martes, podrás comprar sólo los ingredientes que necesites sin gastar dinero en productos innecesarios “de reserva”. Esto también ayuda a reducir la cantidad de alimentos desperdiciados.
2. Haz una lista y síguela estrictamente
Una vez que hayas elaborado un menú, anota todo lo que necesitas y no te desvíes de la lista de la tienda. Las compras extra impulsivas son una de las principales razones por las que su presupuesto se va por el desagüe.
Para hacerlo más fácil, puedes usar aplicaciones móviles para listas de compras o simplemente anotar todo en un papel. Asegúrese de que los productos de la lista se compren en las cantidades requeridas (ni más ni menos).
3. Compra verduras y frutas de temporada.
Los productos de temporada no sólo son más baratos, sino también más sabrosos, más saludables y más respetuosos con el medio ambiente. En verano, elija bayas, calabacines y tomates, en otoño, manzanas y calabazas, en invierno, zanahorias, repollo y frutas cítricas.
Los productos de temporada también retienen mejor las vitaminas y microelementos. Se ven frescos y deliciosos, y el sabor del plato se realza cuando se utiliza lo que crece en esa época del año.
4. Utilice congelación y enlatado.
Si ves buen precio en verduras, frutas o carne, tómalo con reserva y congélalo. De esta forma, la comida no se desperdiciará y podrás preparar platos con ella cuando sea necesario, sin pagar de más.
Por ejemplo, las bayas frescas se pueden congelar para el invierno y agregarlas a la avena o a la carne para cenas rápidas. También puedes hacer conservas caseras, como lecho o encurtidos, para alargar su vida útil.
5. Esté atento a las acciones, pero con prudencia
Los descuentos son buenos, pero no conviene comprar todo “en oferta”. Es mejor llevar solo lo que realmente usará y lo que no se estropeará antes de que finalice la fecha de vencimiento, para ahorrar dinero y no tirar los alimentos en mal estado del refrigerador.
Por ejemplo, si ve que la carne se vende con un treinta por ciento de descuento y planea cocinarla la próxima semana, no dude en tomarla y congelarla. Pero si el producto no está incluido en tus planes, entonces es mejor pasar de largo para no desperdiciar tu dinero.
6. Cocina en casa con más frecuencia
Cocinar comidas en casa suele ser más económico que la comida para llevar o la comida procesada. Además, de esta forma controlas la calidad y composición de los productos.
Incluso la pasta sencilla con verduras y salsa casera costará menos que un almuerzo preparado en una cafetería. Además, la comida casera te permite experimentar con recetas, probar nuevas especias e ingredientes saludables.
7. Compara precios en diferentes tiendas.
Incluso en una misma ciudad el precio de los mismos productos puede variar mucho. Si es posible, consulta varias tiendas o mercados y compra donde te resulte más rentable.
A veces, un pequeño viaje a un supermercado o mercado cercano puede ahorrarle una cantidad significativa en el transcurso de un mes. Preste también atención a las tiendas en línea: a veces los precios son más bajos y la entrega es conveniente.
8. Trate de no comprar productos confeccionados o semiacabados.
Las comidas preparadas son convenientes, pero a menudo cuestan más y contienen aditivos, conservantes y potenciadores del sabor innecesarios. Si aprende a cocinar incluso los alimentos más simples, su presupuesto disminuirá significativamente y también comenzará a comer de manera más saludable.
Por ejemplo, las chuletas o guisos caseros siempre son más baratos que los comprados en la tienda y puedes ajustar la composición reduciendo la sal y la grasa.
9. Planifica tus porciones
No cocines demasiado porque podrías desperdiciar la comida. Aprenda a calcular cuánto come realmente en una comida; las sobras se pueden congelar o usar para platos nuevos.
Aquí tienes un ejemplo sencillo: si has preparado sopa durante varios días, viértela en recipientes para servir y congélala; de esta forma no tirarás nada sobrante y podrás recalentar rápidamente una porción para la cena.
10. Utilice productos básicos y económicos
Las legumbres, los huevos, los cereales, las verduras congeladas y los tubérculos son alimentos económicos, saciantes y nutritivos. Con su ayuda, podrás crear una variedad de platos sin costes adicionales.
Por ejemplo, las lentejas y los garbanzos son bases excelentes para sopas, ensaladas y guarniciones, mientras que los huevos son una fuente de proteínas versátil y rápida.
11. Lleve un registro de los gastos
Muchas personas no saben adónde va el dinero y por eso se encuentran con la billetera vacía. Para evitar este problema, anote sus gastos en alimentos durante al menos un par de semanas; esto le permitirá comprender dónde puede ahorrar dinero sin comprometer su nutrición.
Puede utilizar una aplicación móvil o un bloc de notas normal. Cuando ves montos específicos, es más fácil planificar tu presupuesto y evitar gastos innecesarios.
12. Compre al por mayor
Los productos que se almacenan durante mucho tiempo, como cereales, pastas, conservas o frutos secos, son mucho más rentables para llevar en paquetes grandes. El precio unitario suele ser más bajo y esto ahorra dinero a largo plazo.
Lo principal es asegurarse de tener tiempo para usarlos todos. Por ejemplo, si tiene una familia numerosa o va a cocinar durante varios días, esta es una excelente manera de ahorrar dinero.
13. Centrarse en preparaciones y salsas caseras
La salsa de tomate casera o la salsa pesto hecha con las hierbas sobrantes costarán menos que las compradas en la tienda y el sabor y los beneficios serán mucho mayores; vale la pena apostar por ellas.
Además, ayuda a aprovechar los restos de comida. Por ejemplo, en lugar de tirar los tomates demasiado maduros, puedes procesarlos para hacer salsa o puré de tomate.
14. Mantenga un “frasco de ideas” para comidas económicas.
Anota recetas y combinaciones de alimentos que te permitan comer delicioso pero económico. Cuando se pregunte qué cocinar, tendrá una lista lista de ideas para no gastar impulsivamente en ingredientes costosos.
Puede almacenar estas ideas en un bloc de notas o en una aplicación de su teléfono inteligente. Por ejemplo, escribir recetas de sopas rápidas, guisos, ensaladas y batidos elaborados con productos económicos de temporada le ayudará a diversificar su dieta y ahorrar dinero.