6 razones por las que la sabiduría es más importante que las victorias y la calma es más fuerte que las ambiciones

6 razones por las que la sabiduría es más importante que las victorias y la calma es más fuerte que las ambiciones

Desde la infancia, se le enseña a luchar por las victorias: ser el primero en la escuela, ganar competiciones, construir una carrera, alcanzar metas, superar a otros.

Y en algún momento se convierte en un hábito: percibir la vida como una carrera sin fin en la que hay que demostrar algo todo el tiempo. Pero si miras más profundamente, queda claro: las victorias en sí mismas no aportan lo que realmente buscas. No se necesitan medallas por el metal, dinero por los trozos de papel ni reconocimientos por los aplausos, todos estos son sólo medios para sentir calma, confianza y alegría en la vida.

Pero aquí está la paradoja: cuanto más persigues victorias y ambiciones, más a menudo te encuentras en la ansiedad, las prisas y el vacío. Puedes ganar y aun así sentirte vacío por dentro, y viceversa: con sabiduría y capacidad de mantener la calma, puedes sentirte más fuerte que cualquier ganador.

Aquí hay seis razones por las que la sabiduría es más alta que la victoria y la calma da más fuerza que cualquier ambición.

1. Las victorias son temporales, pero la sabiduría es para siempre.

6 razones por las que la sabiduría es más importante que las victorias y la calma es más fuerte que las ambiciones

Cualquier victoria tiene fecha de caducidad. Ganas, pero después de una semana se olvidan: alcanzas tu objetivo e inmediatamente aparece uno nuevo.

La sabiduría es diferente en que no desaparece ni se deprecia. Esta es la capacidad de ver más allá de los éxitos momentáneos, comprender las causas y consecuencias, sentir dónde es importante detenerse y dónde vale la pena seguir adelante.

Si te mueves sólo para ganar, siempre permanecerás en la carrera: una batalla termina, comienza la siguiente. Pero si tienes sabiduría, entonces puedes elegir dónde participar y por dónde es mejor pasar, lo que te da libertad.

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La victoria puede hacerte fuerte por un corto tiempo, pero la sabiduría te hace fuerte para siempre.

2. La ambición da tensión, la calma da fuerza.

La ambición a menudo te empuja a la acción, pero al mismo tiempo crea una tensión constante. Vives con anticipación: cuando obtienes resultados, cuando logras tu objetivo, cuando logras el reconocimiento. Y si algo sale mal, se convierte en estrés, irritación e incluso dolor interno.

La calma funciona de otra manera: radica en el hecho de que puedes actuar sin problemas, pánico ni miedo innecesarios.

El poder de la calma se manifiesta en el hecho de que no te quemas en la lucha, no desperdicias energía en emociones innecesarias, sino que la utilizas donde realmente es necesaria. Cuando hay silencio interior, tus acciones se vuelven más precisas, más sabias y más efectivas.

La ambición puede impulsarte hacia adelante, pero sólo la calma te permite soportar una larga distancia.

3. La victoria alimenta el ego, la sabiduría alimenta el alma.

6 razones por las que la sabiduría es más importante que las victorias y la calma es más fuerte que las ambiciones

En la búsqueda de victorias, tu ego a menudo funciona. Quiere demostrarles a los demás o a usted mismo que es más fuerte, más inteligente y más exitoso. Esto produce un breve estallido de placer: fuiste elogiado, reconocido, recompensado o apreciado. Pero el ego es insaciable: hoy has vencido y mañana te sientes vacío de nuevo y buscas una nueva confirmación de tu valor.

La sabiduría se construye de otra manera: no se alimenta de elogios y aplausos, sino del sentimiento interior de la elección correcta. Cuando actúas sabiamente, sientes armonía interior, incluso si nadie lo nota. No necesitas el reconocimiento de los demás porque estás de acuerdo contigo mismo.

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Vivir por el bien del ego significa depender siempre de las opiniones de los demás. Vivir con sabiduría significa ser libre y confiado, incluso cuando nadie te apoya.

Las victorias decoran tu ego, pero la sabiduría embellece tu alma.

4. La ambición empuja a la comparación, la calma vuelve a uno mismo

Uno de los principales peligros de la ambición es compararse constantemente con los demás. Miras quién gana más, quién tiene mejor coche, quién tiene la posición más ruidosa: es una carrera eterna en la que siempre habrá alguien por delante. Y no importa cuánto logres, siempre tendrás la sensación de que los demás son mejores, más fuertes y tienen más estatus.

La calma te libera de esta carrera. Le permite concentrarse en usted mismo: en lo que es importante para usted y no para su vecino, colega o conocido casual. Cuando hay silencio en tu interior, comprendes que los logros de otras personas no son tus pautas. Tienes tu propio camino y puede que no sea como el de nadie más.

La comparación mata la alegría y te hace sentir siempre insuficiente, pero la tranquilidad te devuelve el valor y te permite alegrarte de tus pasos, incluso los más pequeños.

5. La victoria puede cegar, la sabiduría abre los ojos.

6 razones por las que la sabiduría es más importante que las victorias y la calma es más fuerte que las ambiciones

A veces la victoria se vuelve tan brillante que dejas de ver todo lo demás. Te obsesionas con la meta, estrechas tu visión y olvidas que hay mucho más en la vida. En este estado, puedes perderte fácilmente: por el bien del éxito, sacrifica tu salud, tus relaciones e incluso tu felicidad.

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La sabiduría te permite mantener el equilibrio. Le abre los ojos al hecho de que es importante no sólo “ganar”, sino también seguir siendo una persona completa y le ayuda a recordar que detrás de cualquier resultado hay vida: su vida, con todos sus colores.

Cuando eres sabio, comprendes: no vale la pena luchar por todas las victorias. A veces es mejor darse por vencido que perderse en el proceso.

6. La ambición se acaba, la paz es infinita

Las ambiciones son siempre finitas. Querías un apartamento, lo compraste, querías un puesto, lo conseguiste, querías reconocimiento, lo lograste. Entonces, ¿qué sigue? Las ambiciones exigen constantemente nuevo combustible, y en esto hay una tediosa infinidad.

La calma no tiene fin y no depende de eventos ni logros externos. Puedes estar en paz aquí y ahora, sin importar lo que hayas logrado. Este es un estado que siempre está disponible y puede desarrollarse sin cesar.

Y cuanto más profunda sea tu paz, más fuerza tendrás. Puedes extraer energía, confianza, inspiración de ello y compartirlo con los demás.

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