No existe una única forma correcta de solicitar un aumento salarial: algunas personas prefieren discutirlo en una reunión formal, mientras que otras simplemente envían una breve carta a su jefe.
De cualquier manera, hablar de dinero nunca es fácil, pero aún así es importante entender que hay ocasiones en las que vale la pena plantear el tema abiertamente.
Si tiene un desempeño consistentemente bueno y está seguro de que está a la altura de la tarea, es hora de hacer un plan e intentar negociar un aumento. No lo olvide: es más rentable para las empresas mantener a sus mejores empleados que perderlos ante la competencia.
Y para que la conversación salga bien, guarda siete consejos que te ayudarán a conseguir lo que te mereces.
1. No pospongas la conversación
Muchos empleados cometen el mismo error: esperan que su jefe se dé cuenta de sus éxitos y les ofrezca un aumento. Pero el gerente tiene docenas de tareas e inquietudes, y es posible que su pregunta sobre el salario simplemente no esté en su radar.
Por tanto, el primer y más importante paso es no tener miedo de expresar sus expectativas. Lo máximo que puede pasar es que te digan “no”, pero incluso esto funciona como una ventaja, porque entenderás lo que debes hacer para merecer un aumento.
Además, la dirección suele valorar a los empleados que no se avergüenzan de hablar de desarrollo y dinero; esto demuestra su ambición y su actitud seria hacia su trabajo. Así que recuerda: si permaneces en silencio durante demasiado tiempo, puedes perder tu oportunidad para siempre.
2. Aprovecha el momento
El tiempo juega un papel muy importante en las negociaciones monetarias. Acercarse a su jefe para pedirle un aumento después de su mes de ventas más débil es una forma segura de ser rechazado. Pero si muestra un crecimiento estable durante varios trimestres, supera el plan y genera beneficios tangibles para la empresa, entonces su argumento suena mucho más convincente.
Hay un matiz más: la prisa. Pedir un aumento inmediatamente después de conseguir un trabajo es un gran error. Incluso si usted es un buen especialista, es poco probable que su jefe considere seriamente esta idea hasta que haya demostrado su confiabilidad y dedicación a la empresa. Generalmente es aconsejable plantear el tema no antes de un año de trabajo activo y productivo.
3. Palabras de apoyo
No basta con decir “merezco más”. El gerente quiere ver detalles: qué objetivos superó, cuántas transacciones realizadas excedieron el plan, cuántos ingresos recibió la empresa gracias a usted.
Antes de la conversación, prepare un “portafolio”: estadísticas, gráficos, indicadores comparativos por trimestre. Cuanto más visible sea tu contribución, más difícil será ignorarla. Piensa qué proyectos o clientes son especialmente importantes para la empresa y menciónalos como prueba de tu valor.
También es importante cómo presentar la información: no en un tono lastimero, “Trabajo demasiado”, sino con confianza y calma: “Mis ventas en los últimos seis meses han aumentado en un treinta por ciento, traje a tres clientes clave, así que ahora quiero discutir la posibilidad de un aumento salarial”.
4. Esté preparado para desafíos adicionales
Un aumento de sueldo no es sólo una señal de reconocimiento, sino también una inversión de la empresa en ti. Y cualquier inversión implica que el rendimiento también debería aumentar, así que prepárese para el hecho de que junto con el aumento aparecerán nuevas responsabilidades.
Piensa de antemano en cómo, además de cumplir el plan, puedes ser útil, por ejemplo, asesorando a los recién llegados, ayudando al gerente a organizar procesos, participando en el desarrollo de estrategias de ventas, tomando la iniciativa en nuevos proyectos.
Si, incluso antes de la conversación, comienza a asumir tales tareas y demuestra que puede manejarlas, su solicitud de ascenso se percibirá con naturalidad. Demostrará que no sólo quiere más dinero, sino que está dispuesto a aportar beneficios aún mayores a la empresa.
5. Considere opciones alternativas.
Aumentar su salario no es la única manera. A veces tu jefe no puede cambiar la cantidad fija, pero eso no significa que tengas que irte con las manos vacías.
Puedes ofrecer soluciones intermedias que convengan a ambas partes, por ejemplo, un bono adicional por exceder el plan o un sistema progresivo: si alcanzas el plan, recibes intereses estándar; si lo superas, el porcentaje aumenta. Esta opción demuestra que está interesado en el crecimiento a largo plazo y que está dispuesto a dar lo mejor de sí.
Esta flexibilidad demuestra su madurez y capacidad para pensar no sólo en términos de “quiero más”, sino también en términos de beneficio mutuo, y esto es valorado por todos los gerentes.
6. Sea flexible
Incluso si una empresa no está dispuesta a aumentar el salario, todavía hay muchas otras opciones de compensación disponibles y es importante pensar de manera más amplia. Puedes acordar un horario más flexible: ofrecer un día a la semana para trabajar de forma remota, días libres adicionales o vacaciones pagadas. También una excelente solución sería una oferta para participar en conferencias, cursos y capacitaciones profesionales.
Todos estos bonos no siempre se expresan directamente en dinero, pero aumentan tu valor como especialista y mejoran tu calidad de vida. Y a veces un horario conveniente o la oportunidad de mejorar habilidades se valoran incluso más que un pequeño porcentaje.
7. Mantente positivo
El fracaso no es el fin del mundo. Es importante no ofenderse ni convertir la conversación en un conflicto. Si su jefe dice que no, la respuesta correcta es preguntar: “¿Qué puedo hacer para volver a abordar este tema dentro de unos meses?”.
De esta manera recibirás pautas específicas: qué indicadores mejorar, qué objetivos alcanzar. Esto le permitirá elaborar un plan de acción y prepararse para una conversación futura.
Lo principal es seguir siendo profesional y no perder la confianza. Incluso si no te ascendieron de inmediato, demostraste que sabes hablar de dinero y valorar tu trabajo, y esto ya te diferencia de tus compañeros.