Probablemente hayas notado lo difícil que puede ser obligarte a ponerte manos a la obra: o quieres consultar las noticias, o desplazarte por las redes sociales, o de repente necesitas recoger la mesa con urgencia.
Como resultado, las cosas importantes se posponen, el estado de ánimo desciende y los sentimientos de culpa solo fortalecen el círculo vicioso.
Pero los japoneses tienen sus propios enfoques para evitar esta trampa. Su cultura pone gran énfasis en la disciplina, el respeto por el tiempo y la capacidad de avanzar en pequeños pasos. Estas nueve técnicas japonesas te ayudarán a no obligarte a romper, sino a empujarte suavemente a la acción.
1. Kaizen: pequeños pasos hacia grandes cambios
La esencia del método es avanzar hacia la meta gradualmente, incluso si su escala parece ridícula. Por ejemplo, si quieres empezar a correr por la mañana, empieza simplemente poniéndote las zapatillas para correr y saliendo. Incluso si corres solo un minuto, eso ya es una victoria.
El truco consiste en no abrumarse con expectativas. Las pequeñas acciones reducen la resistencia, por lo que el cerebro deja de percibir la tarea como abrumadora. Cada día los pasos se hacen más largos, el hábito se refuerza y los resultados llegan por sí solos.
Elige una tarea que te dé pereza y redúcela a una acción mínima. Si necesita escribir un informe, comience con una oración y si desea aprender un idioma, aprenda una palabra.
2. Método japonés Pomodoro: trabajar a intervalos
Seguramente habrás oído hablar de la técnica pomodoro, pero en Japón la adaptaron a sus hábitos. En lugar de los clásicos veinticinco minutos de acción seguidos de cinco minutos de descanso, los japoneses suelen utilizar períodos cortos de diez a quince minutos para completar las tareas.
¿Por qué funciona esto? Porque es más fácil para el cerebro aceptar un período corto. “Trabajaré diez minutos” suena mucho más fácil que “me sentaré en esto durante dos horas”. Y cuando se acaba el tiempo, lo más frecuente es que te involucres y continúes.
Configure un cronómetro para quince minutos y prométase trabajar solo durante ese período de tiempo. Cuando suene el cronómetro, harás una pausa con alivio o querrás continuar.
3. Ikigai: encuentra tu “por qué”
La palabra “ikigai” se traduce como “el significado de la vida” o “lo que te hace querer levantarte por la mañana”. En Japón, esta es una filosofía que ayuda a una persona a sentirse realizada todos los días.
Si eres demasiado vago para hacer algo, a menudo es porque no le ves el sentido. Trabajar por un tic o por las expectativas de otras personas es difícil, pero si encuentra una conexión entre la tarea y lo que es importante para usted personalmente, la pereza desaparecerá.
Por ejemplo, aprender una nueva habilidad puede asociarse con el sueño de más libertad en el trabajo o la oportunidad de viajar. Incluso la limpieza de la casa puede percibirse de forma diferente si la consideras como una preocupación por tu comodidad y tu salud.
Hágase la pregunta “¿Por qué necesito esto?” y repítelo hasta que encuentres una respuesta que realmente resuene en tu interior.
4. Black Hachi bu: parar hasta la saturación
La cultura japonesa tiene la costumbre de detenerse cuando estás lleno en un ochenta por ciento, una filosofía que se aplica tanto al trabajo como a la comida.
Si terminas el trabajo un poco antes de estar completamente agotado, conservas la energía y las ganas de volver a trabajar al día siguiente. Este método, a diferencia del hábito de “exprimirse todo”, le permite mantenerse en buena forma y no agotarse.
Intente dejar las tareas sin terminar durante un pequeño paso (por ejemplo, finalice su sesión de trabajo en medio de un párrafo o código), luego al día siguiente será más fácil comenzar porque ya tiene un punto de entrada.
5. Seshin: mantén la mente de un principiante
Seshin es un estado mental en el que miras un problema como si lo enfrentaras por primera vez. La mente del principiante está libre de fatiga, dudas y miedo a cometer errores.
Cuando te sientes perezoso, a menudo es porque una tarea te parece demasiado familiar y aburrida, así que ¿por qué no intentar mirarla con ojos nuevos?
Por ejemplo, trabajar en un informe puede ser una oportunidad para aprender un nuevo estilo de diseño, mientras que la limpieza de rutina puede ser una oportunidad para escuchar un podcast interesante y aprender algo nuevo.
Cada vez que sientas resistencia, hazte la pregunta: “¿Cómo abordaría esto si lo hiciera por primera vez?”
6. Kharagey: siente, no sólo piensa
Haragei es el arte japonés de la “comunicación sin palabras”, pero en un sentido más amplio es la capacidad de confiar en los sentimientos, no sólo en la lógica.
A menudo, la pereza aparece cuando te quedas atrapado en pensamientos de que no sabes por dónde empezar o que realmente no quieres hacer nada. Intenta desconectar a tu crítico interior y escucha a tu cuerpo; a veces basta con levantarte, respirar profundamente y permitirte empezar sin análisis innecesarios.
Cuando la pereza te paralice, detente un minuto, respira profundamente unas cuantas veces y simplemente comienza a moverte. Incluso una simple acción (encender la computadora o abrir un archivo) inicia un proceso en el que usted participa.
7. Oshibori: el autocuidado al detalle
En los restaurantes japoneses te sirven una toalla húmeda y caliente: oshibori. Esto es algo pequeño, pero simboliza la atención a la comodidad. Los japoneses saben cómo convertir incluso los pequeños hábitos en rituales que crean un ambiente.
En la lucha contra la pereza, es importante crear un ambiente agradable para uno mismo. Una hermosa taza de té, un escritorio ordenado, una silla cómoda: todo esto reduce la resistencia y ayuda a concentrarse.
Cree un pequeño hábito agradable antes de comenzar a trabajar (por ejemplo, servir té, limpiar la mesa, encender una luz suave); esto se convertirá en una señal para el cerebro de que es hora de actuar.
8. Kanban: visualizar el progreso
Este método se originó en la industria automovilística japonesa y actualmente se utiliza en todo el mundo. La idea es simple: todas las tareas se muestran en forma de tarjetas que pasan por etapas: “por hacer”, “en progreso”, “listo”.
Cuando ves tu progreso físicamente, tu motivación aumenta. Incluso si se trata sólo de una lista en papel, tachar un elemento completado da una sensación de satisfacción.
Ten una pizarra o bloc de notas donde anotarás tus tareas. Hazlos pequeños y específicos para ver resultados más a menudo.
9. Gambare: el arte de la perseverancia
“Gambare” es una palabra que se puede traducir como “espera”, “haz lo mejor que puedas”. En la cultura japonesa simboliza la voluntad de hacer un esfuerzo incluso cuando resulta difícil.
A veces ningún truco ayuda, así que la única salida es unirse y hacerlo. Los japoneses no perciben esto como un castigo, sino como una forma de mostrar carácter.
Cuando te des cuenta de que lo has estado posponiendo demasiado, dite a ti mismo: “¡Gambare!” Dé el primer paso; muchas veces es el más difícil.