Si te preguntas cómo hacer que tus vacaciones sean más respetuosas con la Tierra, empieza por aquí.
Es fácil caer en el ciclo navideño de comprar regalo tras regalo durante las rebajas, colocar montones de adornos y darse banquetes festivos. Sin embargo, estas actividades conllevan costes medioambientales ocultos.
De Acción de Gracias a Año Nuevo, los estadounidenses generan un 25% más de residuos que en cualquier otro periodo del año. Estos residuos adicionales suponen unos 25 millones de toneladas de basura.
Es fácil entender por qué: las fiestas suelen significar toneladas de regalos, montañas de papel de regalo y un sinfín de adornos que acaban rápidamente en la basura. Pero incluso las pequeñas cosas, como regalar a alguien una tarjeta de Navidad o usar servilletas de papel con el tema del pavo, suman.
Pero todo esto no significa que tengas que saltarte las fiestas por completo si quieres dar prioridad a la sostenibilidad. Sólo significa que tienes que replantearte cómo enfocar las fiestas.
7 maneras de ser respetuoso con el medio ambiente durante las fiestas
Aquí tienes 7 formas prácticas de ser más respetuoso con el medio ambiente durante las fiestas para que puedas celebrarlas y, al mismo tiempo, poner de tu parte para ayudar al planeta:
1. Evita los productos de un solo uso
Aunque los productos de un solo uso son habituales en la vida cotidiana, lo son mucho más durante las fiestas navideñas.
A menudo, estos productos son plásticos de un solo uso que dañan el medio ambiente desde la fábrica hasta el vertedero. Pero eso no significa que los productos de un solo uso no hechos de plástico sean mejores.
Si vas a comprar algo que vas a tirar después de usarlo, te conviene buscar una alternativa, ya sea una versión reutilizable del producto o una forma alternativa de hacer lo que hace el producto.
Y cuando inviertas en reutilizables, asegúrate de que los vas a usar. Comprar un juego de utensilios compostables tiene sentido, pero si no los vas a usar con regularidad, quizá sea mejor que compres utensilios de verdad que puedas incorporar a tu rotación.
Aquí tienes algunos ejemplos de cambios fáciles que puedes hacer:
Platos: En lugar de comprar vasos, platos y utensilios de papel o plástico, considera la posibilidad de utilizar la vajilla que ya tienes o de comprar una vajilla especial para las fiestas que sepas que utilizarás durante años.
Si vas a celebrar una reunión importante, también puedes alquilar un espacio para eventos (con vajilla de verdad, por supuesto).
Cartas: En lugar de comprar tarjetas físicas, considera las llamadas de voz o las videollamadas. Admitámoslo: la mayoría de las tarjetas físicas son formalidades que se tiran o se guardan, y la mayoría de las tarjetas electrónicas son lamentablemente cutres.
Desear a alguien unas felices fiestas por teléfono o cara a cara es mejor para el medio ambiente y más personal y significativo. (Si acabas comprando un par de tarjetas, opta por las de papel reciclado y anima a los destinatarios a reciclarlas).
Calendarios de Adviento: Los calendarios de Adviento suelen ser de gran tamaño, pero la mayoría acaban en la basura. Es mejor optar por un calendario reutilizable (preferiblemente que no sea de plástico).
2. Cambia la forma de envolver los regalos
Para la mayoría de la gente, las fiestas significan cajas envueltas en papel de regalo y rematadas con cintas y lazos. Pero esta presentación no es tan buena para el planeta.
Cada año, unos 228.000 kilómetros de papel de envolver acaban en los vertederos (y eso sin contar todos los lazos y cintas que usa la gente).
Una forma mejor de hacerlo es inspirarse en los furoshiki, los paños de envolver tradicionales japoneses. Utilizar envoltorios de tela como éste en lugar de papel desechable es mejor para el medio ambiente y queda mucho más bonito.
3. Ser más intencionado a la hora de hacer regalos
¿Cuántos regalos has recibido a lo largo de tu vida que todavía utilizas? ¿A cuántos les has sacado un provecho sustancial? Puedes contarlos con los dedos de una mano.
Para muchas personas, hacer regalos durante las fiestas es un impulso que no se piensan dos veces. Esto hace que la gente reciba regalos no deseados (e innecesarios), muchos de los cuales se tiran a la basura.
¿La solución? Sé previsor con cada regalo que hagas. Intenta elegir regalos que sean significativos para los destinatarios y que sepas que van a utilizar. Esto puede significar gastar más o hacer un regalo más grande, pero el resultado merece la pena.
Considera también la posibilidad de hacer regalos que no sean productos físicos. Experiencias como conciertos, viajes al spa, visitas gastronómicas, afiliaciones y clases son opciones de regalo memorables.
Y si quieres un regalo más caritativo, puedes hacer una donación a una organización que apoye una causa que le interese a tu destinatario. Suena cursi, pero tiene un gran impacto.
4. Compra en tu zona siempre que sea posible
La forma de comprar los regalos es tan importante como los propios regalos. Comprar algo en Amazon es sencillo y cómodo, pero no es la mejor opción en términos de sostenibilidad o ética.
Siempre que puedas, haz compras locales y a pequeña escala. Comprar localmente suele significar que los productos no tienen que enviarse tan lejos, lo que reduce drásticamente las emisiones de carbono. Además, los comercios locales son menos derrochadores que las grandes empresas.
5. Opta por un árbol de verdad
Puede parecer contradictorio, pero los árboles de Navidad de verdad son más ecológicos que los artificiales. Esto se debe a que la producción y el transporte de árboles artificiales generan enormes cantidades de emisiones de carbono.
Una buena opción es alquilar un árbol de Navidad. Te ofrece todas las ventajas de un árbol de verdad y, además, es más sostenible. y conveniente.
También puedes comprar un árbol vivo o en maceta que puedas replantar después de las fiestas.
Y si acabas comprando un árbol muerto, asegúrate de donarlo o reciclarlo en lugar de tirarlo al contenedor.
6. Planifica tus banquetes para reducir el desperdicio y el impacto alimentario
El desperdicio de alimentos es un problema enorme que se agrava aún más durante las fiestas. Según el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, durante la semana de Acción de Gracias se tiran 200 millones de kilos de carne de pavo.
Una de las mejores formas de evitar el desperdicio de alimentos es planificarlo cuidadosamente. El objetivo es preparar sólo la cantidad de comida que se vaya a comer. Reparte las raciones en función del número de comensales y guarda lo poco que sobre para las sobras.
Y, aunque suene herético, considera la posibilidad de reducir (o eliminar) el consumo de carne durante las fiestas. Para empezar, la carne no es buena para el medio ambiente, y la cantidad de residuos cárnicos que se generan durante las fiestas no hace sino agravar el problema.
7. Reconsidera tu forma de viajar
El transporte es la segunda industria más contaminante del mundo, sólo superada por la energía. Volar es especialmente malo: el 2,4% de todas las emisiones mundiales de dióxido de carbono proceden de la aviación comercial.
Si viajas todas las Navidades, busca formas de reducir tu impacto global.
En general, es mejor evitar los viajes en avión si es posible, y si tienes que volar, opta por un vuelo directo y considera la posibilidad de comprar compensaciones de carbono a una organización acreditada.
Por otro lado, si tu viaje de vacaciones es más local, puedes organizar un viaje compartido en coche hasta el lugar (o incluso coger el transporte público).
Que pases unas fiestas respetuosas con la Tierra.
Ser más respetuoso con el medio ambiente durante las fiestas no debería significar quedarse en casa todo el año (aunque eso te libraría de las cenas familiares). Estas estrategias de sostenibilidad son acciones prácticas que casi todo el mundo puede poner en práctica.
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