El efecto Diderot: por qué, después de comprar algo caro, empiezas a gastar cada vez más

El efecto Diderot: por qué, después de comprar algo caro, empiezas a gastar cada vez más

En 1765, Denis Diderot, filósofo y escritor francés, recibió como regalo una nueva y lujosa túnica roja, que se convirtió en su primer artículo verdaderamente caro.

Pero en lugar de alegría, para su sorpresa, experimentó un extraño sentimiento de melancolía.

No es que la bata en sí fuera mala o fea: era simplemente preciosa. La cuestión era diferente: el nuevo tema era muy diferente de todo lo que ya tenía el escritor. Todas las cosas dejaron de armonizar entre sí y Diderot literalmente se quedó atrapado en las actualizaciones: se endeudó, buscaba constantemente cosas nuevas y, a pesar de la falta de dinero, quería reemplazarlo todo.

Si lo piensas un segundo, a nosotros nos pasa lo mismo cuando compramos algo nuevo, y se llama efecto Diderot.

¿Qué es el efecto Diderot?

El efecto Diderot: por qué, después de comprar algo caro, empiezas a gastar cada vez más

En pocas palabras, es cuando compras algo nuevo o caro que es muy diferente a lo que ya tienes. A primera vista esto es inofensivo, pero en realidad inicia una cadena de nuevas compras, porque quieres que todo vaya bien y al final gastas más de lo planeado.

Además, cuando empiezas a buscar cosas adecuadas para combinar con un artículo nuevo y caro, empiezas a subestimar el antiguo. La nueva bata de Diderot era tan diferente de lo que había a su alrededor que inmediatamente comenzó a cambiarlo todo: compró estampados nuevos, alfombras, muebles, platos, y todo esto para que coincidiera con el lujo de la bata. Él mismo lo describió así:

“Yo era el dueño absoluto de mi vieja túnica, pero me convertí en esclavo de la nueva”.

Mucha gente tiene situaciones similares. Por ejemplo, una persona compra una consola para jugar a un juego específico. Luego tiene ganas de probar otra cosa, por lo que compra nuevos juegos, se emite una suscripción y aparece un segundo controlador en la casa “para hacer compañía”.

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Junto con el dinero, el tiempo empieza a acabarse: en lugar de caminar, trabajar o relajarse, una persona se sienta durante horas con un joystick en la mano. Antes de comprar la consola, no se consideraba un jugador, todo estaba tranquilo, pero una cosa desató toda una espiral de consumo, casi lo mismo que le pasó a Diderot hace doscientos cincuenta años.

A veces realmente se necesitan nuevas compras, como muebles para tu hogar o algún gadget que mejore tu calidad de vida. Pero la mayoría de las veces, el deseo de comprar más surge de una necesidad interna de armonía entre las cosas y de la presión de la sociedad.

¿Por qué somos susceptibles al efecto Diderot?

La susceptibilidad al efecto Diderot se explica por varios factores psicológicos y sociales.

Deseo de armonía y unidad.

El efecto Diderot: por qué, después de comprar algo caro, empiezas a gastar cada vez más
Cuando aparece algo nuevo y caro que es diferente de lo que ya tienes, el cerebro siente disonancia. Todas las demás cosas dejan de “combinarse” y quieres restablecer la armonía comprando más todo lo que acompaña a tu nueva compra. Este deseo de crear una imagen holística conduce a una cadena de nuevas adquisiciones.

Emociones y estado

No sólo compramos cosas, compramos lo que nos hacen sentir. Algo nuevo puede simbolizar estatus, éxito o pertenencia a un determinado grupo; para “encajar” en esta imagen, comenzamos a llevar otras compras con nosotros.

El principio “aún mejor”

El cerebro humano está programado para notar diferencias y mejorar su entorno. Tan pronto como tienes algo más hermoso, moderno o cómodo, lo viejo parece no ser lo suficientemente bueno, esto estimula el deseo de actualizar todo lo que te rodea.

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Marketing e Impacto Social

El efecto Diderot: por qué, después de comprar algo caro, empiezas a gastar cada vez más
La publicidad, las redes sociales y el medio ambiente demuestran constantemente que se necesita más y mejor. Incluso si no necesita esto en primer lugar, las señales externas crean la sensación de que está “atrasado” si no actualiza.

Fuerte conexión emocional con cosas nuevas.

Las cosas nuevas llaman más la atención que las viejas: parecen más brillantes y mejores, y la novedad misma causa alegría. El cerebro quiere prolongar esta sensación, obligándote a comprar todo lo que pueda provocarla nuevamente.

Cómo dejar de sucumbir al efecto Diderot

Es muy fácil caer bajo la influencia del efecto Diderot: una cosa nueva puede hacerte querer actualizar todo lo que te rodea. Pero al final, los gastos aumentan y las cosas viejas parecen no ser lo suficientemente buenas. Sin embargo, existen formas concretas de detener este proceso y recuperar el control de sus compras.

Comprando menos

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Cada visita a un centro comercial o visualización de productos en los mercados es una señal al cerebro de que “necesitas comprar algo”. Incluso si simplemente estás navegando por tu feed en línea, aparecen cosas en la pantalla que no habías planeado comprar previamente. Y si son lo suficientemente atractivos, las ganas de gastar dinero se disparan.

Para reducir este impacto, rechace los correos innecesarios, bloquee la publicidad en sitios web y aplicaciones, reduzca el tiempo en las redes sociales y tiendas en línea: cuantos menos desencadenantes visuales, menos ganas tendrá de comprar cosas innecesarias.

Establecer las reglas

Los límites claros te ayudan a mantener el control. Por ejemplo, anuncie un mes sin compras o establezca un límite para cosas nuevas (por ejemplo, no más de quinientos rublos por artículo).

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También puede elegir una tienda o marca “aprobada” donde comprará para reducir el gasto caótico. Las reglas te ayudan a controlar el comportamiento impulsivo y a evitar gastar dinero en cosas que realmente no necesitas.

Piense en el costo total

Algo nuevo puede parecer fantástico por sí solo, pero vale la pena evaluarlo en el contexto de todo su entorno. Una alfombra o silla nueva luce genial, pero ¿cómo combina con el resto de tus muebles y decoración?

A veces, comprar un artículo compensa el costo de reemplazar todo el interior o los accesorios, así que considere cuánto costaría un juego completo antes de gastar el dinero.

Deja de comprar por completo

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Esto puede parecer radical, pero a menudo este enfoque ayuda a salir de la espiral interminable del consumo. Cuando quieras algo nuevo, hazte una pregunta sencilla: ¿puedo vivir con lo que ya tengo?

La mayoría de las cosas no son tan necesarias como pensamos. Una decisión consciente de renunciar a cosas innecesarias ayuda a ahorrar dinero, tiempo y esfuerzo, y también a depender menos de las emociones.

Define tu personalidad y estilo de vida.

A menudo compramos cosas que “deberíamos tener” por la moda o las opiniones de los demás, y no porque las necesitemos.

Comprender quién es usted, qué tipo de estilo de vida lleva y qué es importante para usted le ayudará a filtrar sus compras. Por ejemplo, un “técnico” comprará solo los dispositivos que realmente necesita y le gusta, un minimalista comprará muebles sencillos y de alta calidad, ropa sin decoración innecesaria.

Cuando conoces tus prioridades, aparece la claridad: compramos sólo lo que realmente conviene, ignoramos el resto.

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