Sintiendo una actitud insuficientemente respetuosa hacia uno mismo, captando miradas de disgusto, uno debe preguntarse: ¿qué me pasa?
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que esté en la empresa equivocada. Sin embargo, si esto se repite siempre y en todas partes, el problema realmente existe. La sociedad no es perfecta, pero no es ciega en absoluto y no está compuesta cien por cien de gente errada.
Es fácil subestimar la importancia de la imagen, especialmente en un mundo de tolerancia declarada. En general, la idea de equidad dice que el contenido es mucho más importante que el envoltorio. Esto es cierto a largo plazo. Sin embargo, para que el primer contacto se convierta en una conexión sólida y duradera, se necesita un cierto período de tiempo. Durante este tiempo, tu imagen hablará por ti. Por eso vale la pena desmontar sus componentes.
Imagen dimensional
Esto es lo primero a lo que los demás prestan atención. Sea justa o no, la imagen se compone de los atributos de la apariencia de una persona. Hay componentes estáticos y volátiles. El primero incluye el físico, la postura y el color de los dientes. El segundo incluye ropa, peinado, nivel general de aseo. En el caso de las mujeres – maquillaje y joyería. Además, se resaltan los componentes incorporados: estos son los objetos que llevamos y utilizamos. Por ejemplo, la presencia de tarjetas de visita y un maletín indica que se trata de una persona de negocios. Esto puede ser una ilusión, pero los ojos enviarán una señal y el cerebro sacará la conclusión adecuada.
También agregamos aquí expresiones faciales y gestos; a menudo revelan a una persona mejor que los discursos, los brindis y los deseos. Los sociólogos y politólogos sostienen que el aroma individual es extremadamente importante para la formación de una imagen general. El olor puede enfatizar el estilo, convertirse en un detalle imperceptible, pero involuntariamente memorable.
En qué consiste una reputación y cómo construirla
imagen verbal
En el mundo moderno, una parte importante de las comunicaciones se realiza mediante llamadas telefónicas o mensajería instantánea. Por tanto, la imagen verbal cobra aún mayor importancia. El interlocutor escucha su discurso, por lo que no sólo el contenido influye. Aunque a nadie le gusta el “agua”, hay cosas que resultan mucho más molestas. Por ejemplo, en una conversación de negocios es inaceptable utilizar palabras de relleno, jerga poco profesional y especialmente malas palabras como interjección.
En la vida cotidiana se evalúa la cultura y el contenido del habla. Se trata de una gran riqueza de vocabulario y, no menos importante, de la correcta pronunciación de las palabras utilizadas. El contenido se refiere a la importancia y profundidad de los temas planteados, el nivel de lógica en los juicios y la argumentación. También se destacan características paraverbales únicas: ritmo, volumen, inteligibilidad del habla. Si una persona murmura en voz baja durante un informe, nadie le escuchará. Es fácil cautivar a las masas menos educadas hablando con confianza y con bastante emoción.
Imagen cinética
Para simplificar un poco, llamémoslo lenguaje corporal. La marcha, los modales y la capacidad de mantener la compostura incluso en una situación estresante reflejan el estado interno de una persona. Este tipo de cosas no son leídas por todos y no siempre, pero los elementos individuales definitivamente pasan a formar parte de su imagen. ¿Miras a los ojos de tu interlocutor? Si no, pueden surgir dudas: ¿estás ocultando algo, mintiendo, te da vergüenza?
La gesticulación puede conquistar o repeler al interlocutor. Los movimientos bruscos de los brazos o la baba que sale volando de la boca definitivamente no aumentarán su atractivo. Los gestos abiertos y confiados, por el contrario, inspiran confianza y aumentan la simpatía. Presta atención a cualquier monumento a Lenin. Una palma abierta, ligeramente extendida hacia adelante, invita literalmente a todos a unirse. Todos los políticos y figuras públicas están trabajando en una imagen cinética.
Cómo dejar de demostrar constantemente tu autoestima a ti mismo y a los demás
Cualidades profesionales
El nivel de profesionalidad forma parte, por supuesto, de la imagen, especialmente en el trabajo, donde pasas casi un tercio de tu vida. La mayoría de los empleadores no están interesados en las características individuales de los empleados, especialmente cuando se trata de grandes empresas. Los resultados, la capacidad de aprendizaje, la iniciativa y, siempre que sea posible, un enfoque creativo pasan a primer plano.
Además de lo anterior, las cualidades profesionales incluyen el cumplimiento del código de vestimenta, la presencia de ética empresarial y el nivel de conflicto dentro del equipo. No sólo se evalúan los logros ya alcanzados, sino también el potencial. Un empleado joven, sin experiencia, pero sinceramente involucrado en el proceso, definitivamente tendrá buena reputación. Un veterano honrado que no progresa, y tal vez pierda sus habilidades, seguirá siendo tenido en alta estima sólo hasta que se le encuentre un reemplazo adecuado.
Cualidades personales
Pasará mucho tiempo antes de que tus cualidades personales realmente resulten interesantes para alguien. Sin embargo, en cierta etapa, pueden convertirse en características definitorias que abran las puertas correctas, enciendan corazones y almas queridos.
En este caso, las cualidades personales significan sus puntos de vista, principios morales, metas e intereses. A veces esto se llama una palabra concisa: núcleo. Si una persona es blanda como plastilina, será tratada como parte de una masa sin rostro. Al tener ideas y la voluntad de defenderlas, automáticamente asciendes a un nivel superior.
Probablemente sea necesario un comentario aquí. En primer lugar, las personas prueban los puntos de vista de otras personas sobre su moralidad, es decir, los definen como correctos e incorrectos. La segunda es susceptible de rechazo, pero una imagen suficientemente atractiva, una imagen adecuada, puede convencer a casi cualquiera.