La estación espacial automática interplanetaria “Juno” fue a estudiar Júpiter en 2011, pero resultó ser un obstáculo para los antecedentes intensivos de radiación del planeta.
La cámara fue la primera en salir: después de la 47ª rotación alrededor de Júpiter, las rayas y un ruido notable aparecieron en las imágenes, y en la 56ª, las imágenes se volvieron completamente ilegibles.
Los ingenieros no pudieron determinar exactamente qué elemento de la cámara estaba dañado. Habiendo probado todas las opciones posibles, en 2023 se atrevieron a la medida extrema y cortaron el calentador de Juno construido para “freír” la cámara desde el interior.
La idea fue lanzada por el ingeniero de los sistemas espaciales de California Malin Michael Raywin. En la metalurgia, la tecnología de “recocido” es común: el calentamiento del material a una cierta temperatura, en la que se inicia el proceso de recristalización y homogeneización de la sustancia.
Para el recocido de alta calidad, es necesario resistir la temperatura exacta y dejar que el material se enfríe lentamente. Al final resultó que más tarde, el recocido elimina perfectamente el silicio de los defectos de la radiación: ya por la 66ª rotación del planeta, el calentado “Juno” le dio una de las fotos más bellas de Júpiter.
Según los ingenieros, antes del inicio de la calefacción, ellos mismos no entendieron completamente qué falló exactamente, y no creyeron que el recocido pudiera resolver el problema. Ahora la agencia recopila datos del calentamiento “Juno” para crear nuevos, más resistentes a la radiación de la nave espacial.