Cada uno de nosotros en la vida tiene que tomar decisiones serias de las que depende nuestro futuro, salud, situación financiera y más.
Este es un proceso responsable y complejo que requiere mucho tiempo para pensar, esfuerzo y voluntad de sopesar cuidadosamente los pros y los contras. Bajo la influencia de las circunstancias, puedes sucumbir a las prisas y cometer errores de los que luego te arrepentirás mucho.
La buena noticia es que puedes tomar el control de la situación analizando tu comportamiento. Hay varias señales que indican que tienes demasiada prisa para tomar una decisión seria.
1. No has pensado en lo que harás si fracasas.
Puede elegir lo que crea que es el curso de acción más correcto, justificar su elección y dar argumentos de peso. Pero tomar una decisión sin tener en cuenta posibles escenarios negativos es señal de prisa. Debes entender qué harás si tu plan no funciona y algo sale mal.
Siempre debes tener presente la idea de que no puedes controlar todo lo que te rodea. Hay muchas circunstancias que pueden interferir en el camino hacia su objetivo. En este caso, debes tener listo un Plan B para saber exactamente qué hacer para normalizar la situación. Esta preparación le permitirá estar preparado para las dificultades y minimizar las consecuencias negativas.
2. Primero tomas una decisión y luego elaboras un plan de acción.
Debe tomar una decisión, especialmente una que pueda afectar toda su vida futura, después de tener listo un plan de acción. Si te entusiasma una idea e inmediatamente comienzas a implementarla, tus acciones pueden ser caóticas. Sin una estrategia clara, corre el riesgo de no terminar lo que empezó, de encontrar dificultades imprevistas, de sobreestimar sus puntos fuertes o de cometer un error que podría haberse evitado.
No se apresure a avanzar de inmediato, tómese tiempo para pensar. Debe tener listo un plan que incluya pasos específicos y plazos claramente definidos. Si no puede formular al menos una estrategia aproximada, probablemente aún no esté listo para hacerlo.
3. Te falta la información necesaria
Tomar una decisión seria requiere un análisis cuidadoso. Si está dispuesto a tomar una decisión sin disponer de toda la información necesaria, tiene demasiada prisa. En este caso, no podrá tomar una decisión informada, por lo que corre el riesgo de cometer un error.
La falta de información puede llevar al hecho de que no ve el panorama completo de lo que está sucediendo, no puede evaluar objetivamente sus fortalezas y no puede calcular todos los riesgos. Cuanto más hay en juego, más datos debes conocer antes de actuar. No dude en hacer preguntas, pedir ayuda, tomarse un tiempo para pensar, etc.
4. Las circunstancias u otras personas te empujan
Si otros lo presionan, exigen una respuesta inmediata o señalan circunstancias cambiantes, es importante tomar al menos un breve descanso. La presión psicológica y de cualquier otro tipo te obliga a tomar una decisión apresuradamente. Vale la pena recordar que las acciones apresuradas pueden generar arrepentimientos en el futuro.
Al encontrarse en tal situación, corre el riesgo de perderse detalles importantes, rechazar el análisis, estar de acuerdo con la opinión que se le ha impuesto, etc. Sólo usted es responsable de sus decisiones, así que no tema tener claros sus límites. Antes de dar una respuesta, asegúrese de tomarse un tiempo para pensarlo. Es mejor esperar un poco, pero tomar la decisión correcta, que pagar en el futuro por las prisas.
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5. Ignoras tu intuición.
La intuición es tu voz interior, tu subconsciente, que te dice qué hacer en una determinada situación. Estos consejos se basan en tu experiencia pasada, tus valores, cadenas lógicas y sentido de justicia. A menudo, antes de tomar una decisión, puedes sentir una sensación aparentemente infundada de malestar y ansiedad o, por el contrario, una confianza y calma inexplicables.
Si tienes prisa, descuidas esas señales y descartas tu intuición. Te convences de que no tienes tiempo para comprender tus experiencias. Sin embargo, su falta de confianza en la intuición puede hacer que no se dé cuenta de detalles importantes que ya ha captado inconscientemente. Esto no significa que deba confiar completamente en sus sentimientos, pero vale la pena tenerlos en cuenta y analizarlos.
6. Sólo te concentras en lo positivo e ignoras lo negativo.
Si estás lleno de entusiasmo y te gustan las perspectivas que te abre tu nueva decisión, existe un alto riesgo de ignorar sus posibles consecuencias negativas. Sólo puedes centrarte en lo positivo y ver sólo lo que quieres. En este caso, tendrá prisa y querrá tomar medidas activas rápidamente, porque confía en su éxito.
Cuando no se da tiempo para un análisis objetivo y se niega a considerar todas las opciones posibles para el desarrollo de los acontecimientos, se corre un gran riesgo. Su optimismo excesivo puede distorsionar la imagen real de lo que está sucediendo y privarlo de la oportunidad de prepararse de alguna manera para posibles dificultades. Es necesario evaluar honestamente los pros y los contras para poder tomar la decisión correcta.
7. Sientes una fuerte intensidad emocional
Las emociones, especialmente las fuertes, pueden afectar su capacidad para tomar decisiones. Miedo, ira, deleite: estos sentimientos pueden nublar tu mente y hacerte actuar de manera irracional, a veces incluso en tu propio detrimento. Cuando te encuentras en un estado de alta intensidad emocional, tiendes a tomar decisiones impulsivas. En tales condiciones, no se piensa en las posibles consecuencias, no se calculan todos los riesgos.
Te encuentras en un círculo vicioso: la tensión emocional te obliga a tomar una decisión apresuradamente, queriendo obtener resultados más rápido. Tienes prisa, lo que sólo intensifica tus sentimientos. Recuerda: si sientes emociones fuertes, ya sean positivas o negativas, pospone la toma de una decisión para más tarde. Necesitas calmarte, analizar tus emociones y mirar la situación con la cabeza fría.
8. No comentas tu decisión con nadie en quien confíes.
Si tienes que tomar una decisión realmente seria que definitivamente afectará tu vida, entonces debes pensarlo detenidamente. Una conversación con personas cercanas o simplemente con aquellas en quienes tiene confianza y confianza puede ayudarle en esto. Obtendrá una perspectiva externa, escuchará opiniones alternativas y podrá ver la situación desde un ángulo diferente.
El aislamiento y la toma de decisiones en solitario pueden ser una llamada de atención. Puede negarse a discutir por miedo a escuchar críticas o por sus propias dudas sobre la exactitud de su elección. Es probable que tengas prisa, pero inconscientemente sientes que tu decisión no es la mejor opción. Si desea actuar de manera reflexiva, después de haber estudiado la situación por dentro y por fuera, comparta sus pensamientos con aquellas personas en quienes confía.