¿Qué es el fracaso inteligente y cómo te ayuda a alcanzar el éxito?

¿Qué es el fracaso inteligente y cómo te ayuda a alcanzar el éxito?

Está arraigado en nuestras cabezas que el éxito significa que nunca fallas. Además, el fracaso se percibe como completamente inaceptable.

Si ocurre un fracaso, solo queda comprender las razones, buscar el problema dentro de uno mismo y sacar conclusiones. Puede obtener aproximadamente este conjunto de consejos de cualquier conocido que lo escuche con una mirada comprensiva, asienta con la cabeza y le dé una palmada en el hombro. Vale la pena señalar que el consejo no está exento de lógica y es útil hasta cierto punto. Sin embargo, cuando escuchas algo así por décima vez, te surge el pensamiento: ¿no sería mejor no hacer nada nuevo o al menos ni siquiera intentarlo? Después de todo, es obvio que nos esperan aún más fracasos.

Para responder a esta objeción, pasemos a la habitación del adolescente promedio. Mire a su alrededor con atención: hay una guitarra acumulando polvo en un rincón, hay una pelota de baloncesto debajo de la cama, hay un kimono en el cajón del fondo. Aquí se encuentran libros no leídos, vídeos no reclamados y muchos otros monumentos a los fracasos. ¿Fueron tan graves estos fracasos? Quizás para los padres cada capricho cueste una determinada cantidad de dinero, pero así fue como el niño conoció el mundo y buscó un lugar en la vida. Cuando éramos niños, nos apresurábamos audazmente a realizar cualquier experimento; los fracasos eran una parte inevitable de cualquier actividad. A medida que uno envejece, pierde la capacidad de afrontar el fracaso, lo que sólo le impide alcanzar el éxito.

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Fallos a evitar


Primero, veamos los tipos de fracasos claramente dañinos en los que no se deben buscar aspectos positivos. Por supuesto, en cualquier situación se puede recurrir al autoengaño y a pensamientos pseudofilosóficos, pero lo cierto es que hay problemas que no contienen nada más que el problema mismo.

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El fracaso básico son errores que ocurren debido a la fatiga, la distracción o la pérdida de concentración. Un molesto error tipográfico en un informe, el cumpleaños olvidado de un ser querido, sal mezclada con azúcar al cocinar. Es difícil extraer alguna lección de todo lo anterior. Quizás, excepto por una cosa: verifique todo cuidadosamente. Pero con este enfoque puedes contraer paranoia.

Los ejemplos descritos no parecen amenazadores, pero a veces los “fallos básicos” tienen consecuencias verdaderamente dramáticas. Debido a la ausencia de una sola coma u otro símbolo, las naves espaciales no entran en sus órbitas previstas y sufren accidentes. La distracción y el olvido crónicos pueden destruir las relaciones. Sin embargo, la mayoría de las veces, los “fallos básicos” se convierten en un buen motivo para bromear.

El siguiente paso es el “fracaso complejo”. Estos fallos no ocurren instantáneamente y tienen varias causas. A veces, después de un análisis cuidadoso, queda claro que tal o cual fracaso era completamente inevitable, mucho antes del inicio del proceso. Las “fallas complejas” son causadas por la imprevisibilidad general, las tareas insuficientemente definidas y la falta de profesionalismo de una unidad individual o de todo el equipo. Los grandes fracasos suelen tener consecuencias mucho más graves. No sólo sufren los perpetradores, sino también las personas que los rodean. Por ejemplo, la recesión de 2008 fue un “fracaso complejo”, al igual que el derrame de petróleo en el Golfo de México. Hay lecciones que aprender de este tipo de fracaso, pero son muy caras.

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Fallo razonable

Si se deben minimizar las “fallas básicas” y se deben identificar de antemano las fallas “complejas”, entonces se deben aceptar las “fallas razonables” y esforzarse por aumentar su número. Estos fracasos siempre nos enseñan algo nuevo sin tener que buscar el significado oculto. La fórmula es simple hasta el punto de lo imposible: intentas algo, pierdes, pero exactamente en el mismo momento mejoras un poco en esta dirección. Seguir adelante o detenerse es enteramente tu elección. Pero, ¿cómo saber si el fracaso es razonable? Hay ciertos criterios de evaluación.

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El “fracaso razonable” se produce principalmente en un área en la que se carece de experiencia y conocimientos suficientes. Las acciones se realizan con un propósito claro y no por diversión o por aburrimiento. Al tomar medidas, uno debe guiarse por teorías, instrucciones de profesionales y no por conjeturas. Finalmente, el fracaso en sí sólo tiene consecuencias menores.

El éxito es la capacidad de pasar de un fracaso a otro sin perder el entusiasmo.
Winston Churchil

 

Es fácil ver que en los criterios descritos anteriormente, los niños tienen más éxito que otros. Escuchan, intentan, aprenden. El adolescente nunca antes había jugado baloncesto (sin conocimiento), pero después de ver las finales de la NBA decidió que le gustaría. Todo el verano va al gimnasio con un merecido entrenador (teoría) para superar a todos sus amigos (meta). Unos meses más tarde, aparece una nueva afición y se abandona el baloncesto, quizás para siempre (consecuencias menores).

Los “fracasos razonables” también encuentran un lugar en la vida adulta, especialmente en los campos de la cultura y la ciencia. Esta última industria no podría existir sin el método de prueba y error, donde los fracasos y los reveses son simplemente inevitables. Si el fallo es informativo y no provoca pérdidas graves, se puede considerar un fallo exitoso. La próxima vez se dará un paso adelante, lo que también correrá hacia la posibilidad de fracasar.

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Estrategias para el “fracaso inteligente”

¿Qué es el fracaso inteligente y cómo te ayuda a alcanzar el éxito?
Para aumentar el número de “fracasos razonables” y, por tanto, el propio desarrollo integral, siempre hay que empezar poco a poco. Antes de construir un edificio de varios pisos con la esperanza de que resista un terremoto, los ingenieros construyen una réplica en miniatura en la que realizan pruebas. Al iniciar una startup, el futuro emprendedor no intenta inmediatamente crear la mejor versión del producto para todos los tiempos. En la primera etapa, el objetivo principal es la viabilidad mínima del producto o servicio.

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Cuando hagas algo específico, intenta tener muchas ideas en la cabeza. Al concentrarse en una idea, la más importante y valiosa, corre el riesgo de invertir demasiado esfuerzo, tiempo y dinero en un posible fracaso. Así es como el “fracaso razonable” se convierte en “fracaso complejo”. Sepa detenerse a evaluar hasta dónde se ha llegado y qué perspectivas aún quedan (quizás en direcciones completamente diferentes).

Crea un mecanismo de retroalimentación. La opinión personal es casi siempre subjetiva, a menudo demasiado positiva o, por el contrario, demasiado negativa. Necesita críticas constructivas, que se reciben mejor de parte de profesionales. Sin embargo, si hablamos de estilo de vida en general, sería bueno conocer la opinión de los familiares. Puede que no conozcan todos los entresijos de su línea de trabajo, pero seguramente notarán cambios generales en el estado de ánimo, el nivel de bienestar y la salud física y emocional.

Recuerde lo principal: negarse a tomar más medidas no se considera fracaso ni cobardía. Cada ciencia se ha apartado de sus propias creencias cientos de veces y sin duda lo volverá a hacer. El personal médico suspenderá incluso a su mejor atleta antes de la final si continuar compitiendo conlleva el riesgo de agravar una lesión ya existente. Rendirse no es un vicio moral, sino una habilidad, una técnica para sobrevivir y minimizar pérdidas. Sin esta capacidad, el “fracaso inteligente” en sí no puede existir.

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