Probablemente conozcas la sensación de no estar donde deberías estar.
Parece que la vida te pasa de largo y no avanzas hacia las metas deseadas. Para algunos, este sentimiento les sume en la apatía, mientras que otros, por el contrario, lo perciben como un estímulo para el cambio.
Para comprender las verdaderas razones de la sensación de que está fuera de lugar, debe observar su vida con imparcialidad. Lo más probable es que en el proceso de autoanálisis llegue a una o más de las siguientes opciones.
1. No sabes lo que quieres
La falta de objetivos claros en la vida es una de las razones por las que puedes sentirte perdido. Hasta que comprenda por qué se esfuerza, puede terminar en cualquier parte. Además, se sentirá confundido por la presión de la sociedad, las definiciones de éxito de otras personas y las expectativas de otras personas. Las personas que saben exactamente lo que quieren ahogarán tu propia voz interior. Como resultado, es posible que se encuentre en una cima a la que nunca aspiraba o que se sienta completamente confundido consigo mismo.
Para salir de este círculo vicioso, es necesario tomar un descanso y responder honestamente a la pregunta: “¿Qué es lo que realmente quiero?” Desecha todas las exigencias que los demás te imponen, abstraete de las expectativas del público y trata de comprender tus propios deseos y aspiraciones.
2. No has tenido tiempo de recuperarte de un estrés prolongado.
Después de un período de vida difícil, un proyecto difícil o experiencias personales, necesitas tiempo para recuperarte. Si ignoras el estrés crónico y sus consecuencias, empeorarás la situación. Sus intentos volverán inmediatamente al ritmo de vida habitual, lo que le provocará agotamiento, apatía y la sensación de incomodidad.
Tu cuerpo y tu mente necesitan un descanso, así que date permiso para tomarte un descanso y ser ineficaz por un tiempo. Esta decisión no es dejarse llevar por la pereza o la debilidad, es un paso inteligente que te ayudará a ganar fuerza y energía.
3. Tus expectativas no coincidieron con la realidad.
Cuando comienzas una tarea, tienes una imagen del resultado final en tu cabeza. Pero rara vez se correlaciona con lo que se obtiene en la práctica. No significa que no te esforzaste lo suficiente o que no aprovechaste al máximo tus habilidades. En la mayoría de los casos, inicialmente usted genera altas expectativas sobre usted mismo, sus habilidades y su potencial.
Cuando tus propias limitaciones o circunstancias externas te impiden obtener lo que deseas en la forma en que lo imaginaste, te decepcionas. Tienes la sensación de que tu resultado no es en absoluto el que buscabas.
4. Estás atrapado en una rutina.
Si para ti cada nuevo día es como el anterior, la vida resultará sin sentido. La rutina se prolonga rápidamente, reteniéndolo y no permitiéndole avanzar. Incluso si todo va bastante bien (el trabajo está bien remunerado, la relación es estable, la salud no es una preocupación), la falta de nuevas experiencias conduce a una sensación de estancamiento. Empieza a parecerte que la realidad que te rodea no es la que soñaste.
Para que la vida vuelva a funcionar, será necesario romper con la monotonía existente. Puedes empezar con menos: cambiar tu ruta habitual para ir al trabajo, aumentar la actividad física, salir de la ciudad el próximo fin de semana.
5. Ignoras tus necesidades y deseos.
Cuidarte no es egoísta, sino una necesidad si quieres estar física y mentalmente sano y feliz. Si constantemente antepones los intereses de otras personas a los tuyos, pierdes el contacto contigo mismo. Ignorar sus necesidades de descanso, comunicación, autorrealización, pasatiempos, etc., genera conflictos internos. Te sientes vacío porque tu vida no está alineada con tus verdaderas metas y valores.
Intenta dedicar tiempo todos los días a ti mismo, a lo que te gusta. En el momento en que dejes de dejar tus intereses en un segundo plano, te sentirás en tu lugar.
Qué hacer si siempre te sientes apurado
6. No te das tiempo para la autorreflexión.
Si tu vida es un flujo interminable de tareas y preocupaciones, es posible que no tengas tiempo para dedicarte a ti mismo. La falta de autoanálisis lleva a que empieces a vivir por inercia, siguiendo las metas y expectativas de los demás, sin realizar las tuyas propias. Sin la capacidad de estar a solas contigo mismo y con tus pensamientos, corres el riesgo de confundirte dentro de ti mismo.
Es importante pasar al menos media hora al día solo; esto puede ser suficiente para analizar sus emociones, acciones y decisiones. El hábito de estar solo con regularidad le ayudará a comprenderse mejor a sí mismo y a determinar la dirección del movimiento.
7. Tienes miedo de correr riesgos y salir de tu zona de confort.
La zona de confort es peligrosa del mismo modo que suele atraer. Donde todo es familiar y predecible, no hay lugar para sorpresas, desafíos y cambios. El crecimiento, el desarrollo y el autodescubrimiento ocurren fuera de su zona de confort. Puede que evites correr riesgos por miedo al fracaso, a las críticas o al juicio, o que te aferres a tu rutina con todas tus fuerzas, aunque no te proporcione satisfacción.
Al tener miedo de perder lo que tienes, pierdes la oportunidad de ganar lo que realmente deseas. Hasta que no puedas dar un paso adelante, te sentirás fuera de lugar.
8. Estás rodeado de la gente equivocada.
Tu entorno tiene un gran impacto en tu vida. Las personas con las que interactúas dan forma a tu visión del mundo, influyen en tus decisiones y determinan tu estado emocional. Si tu entorno no te apoya en tus aspiraciones, te disuade de alcanzar tus objetivos, critica y devalúa tus ideas, tarde o temprano empezarás a sentirte fuera de lugar. Y esto no cambiará mientras te comuniques con esas personas.
Rodéate de personas que creerán en ti y te inspirarán a realizar cambios positivos. Recuerda: las relaciones tóxicas sólo envenenan tu vida y te impiden crecer y desarrollarte.
9. Vives en el pasado
El pasado es una experiencia valiosa, a partir de él debes aprender a corregir errores y ser mejor. Si se detiene en eventos del pasado, se arrepiente de las oportunidades perdidas y se preocupa de no poder devolver todo como estaba, entonces se está privando del presente y del futuro.
Vivir en el pasado te impide avanzar. En tus pensamientos eres transportado a algún lugar atrás, lo que te impide sentirte en tu lugar en la realidad. Necesitas soltar aquello a lo que te aferras desesperadamente para finalmente encontrar la armonía interior.
10. No haces lo que te gusta.
Un trabajo que no le brinda satisfacción moral se convierte con el tiempo en una pesada carga. Incluso con un buen salario, un buen equipo y una gestión adecuada, te sentirás fuera de lugar. Cada día, tus responsabilidades te quitarán la energía vital, te privarán de motivación para seguir adelante, te provocarán estrés, ansiedad y apatía.
Encuentra una manera de hacer lo que disfrutas, incluso como pasatiempo. Si es posible, haz un plan para monetizar tu pasión en el futuro. Puedes leer las historias de personas que tuvieron éxito, pensar en las cosas únicas que puedes ofrecer y determinar qué otras habilidades necesitarás dominar.