Una entrevista no es un examen, sino una oportunidad para demostrar cómo tu experiencia te convierte en un empleado ideal.
Pero si simplemente enumera datos de su currículum, el empleador se aburrirá y es poco probable que considere su candidatura. En su lugar, cuente una historia convincente; aquí encontrará algunos consejos sobre cómo hacerlo.
Define, no defiendas, tu pasado.
No deberías empezar la entrevista disculpándote por el hecho de que tu carrera no se ha desarrollado por el camino correcto. En lugar de poner excusas, muestra el valor de tu experiencia.
Describe qué te enseñó cada etapa, qué habilidades valiosas adquiriste. Quizás en un trabajo dominaste el arte de hablar en público y en otro aprendiste a ser creativo, y eso es lo que te convierte en un empleado prometedor.
Su trayectoria profesional no es un defecto, sino una historia única que debe presentarse con confianza.
Encuentra lo que une tu historia
Piensa en lo que tienen en común todas las etapas de tu carrera. ¿Quizás sea un interés por la administración pública, un deseo de resolver problemas sociales complejos o un deseo de trabajo interdisciplinario?
No intentes construir artificialmente una cadena lógica; simplemente encuentra un tema transversal que recorra como un hilo rojo tu experiencia. Esto es especialmente importante si se ha esforzado en diferentes campos de actividad o no ha trabajado durante mucho tiempo en un mismo trabajo.
Si no ve el hilo conductor de inmediato, no se preocupe: a veces sólo lo nota desde afuera. Habla sobre tu carrera con un amigo y tal vez pueda ayudarte a detectar un patrón.
Recopilar un historial profesional según el esquema “Problema – Acción – Resultado”
No debería enumerar para qué empresas trabajó; es mejor decirnos qué problemas encontró, qué hizo para eliminarlos y cuál fue el resultado.
He aquí un ejemplo de un monólogo que utiliza este esquema: “Cuando trabajaba en un banco, noté que algunos procesos ralentizaban el servicio al cliente y empeoraban su calidad. Comencé a optimizar estos procesos y me di cuenta de que quería trabajar en un entorno más flexible. Entonces creé una startup donde implementé el sistema que desarrollé, mejorando la velocidad del servicio en un diez por ciento”.
Una historia así demostrará que no estaba simplemente sentado en el trabajo, sino que participó activamente en el proceso. Además, indica que, después de haber renunciado, no se rindió, sino que encontró más perspectivas y logró sus planes.
Explique los “saltos” profesionales, si los hubo.
Si cambiaste de profesión, dejaste una empresa prestigiosa por una más pequeña o hiciste una pausa en tu carrera, no pongas excusas, conviértelo en fortaleza.
Por ejemplo, puedes aclarar que te tomaste un descanso en el trabajo para mejorar ciertas habilidades, por lo que ahora las tienes a un alto nivel. O que dejó una gran empresa porque quería trabajar en proyectos que cambiaran la vida de las personas, no sólo obtener ganancias.
Vincula tu experiencia a la vacante
El empleador debe entender por qué debería elegirlo. Muestre cómo su experiencia ayudará a resolver sus problemas específicos.
Por ejemplo, si una empresa exige al menos un nivel B2 de inglés, y tú tienes un nivel C1, te convertirás en un candidato envidiable. Y si en su experiencia hubo una solución efectiva a algún problema relacionado con actividades futuras, no deje de mencionarlo.
Esté preparado, no confíe en improvisaciones.
Cualquiera, incluso la persona más segura de sí misma, puede sentirse avergonzada durante una entrevista, especialmente si hace muchas preguntas incómodas. Para estar preparado para cualquier cosa, es importante ensayar la historia de su carrera y no esperar que se le salga de la boca.
Dígalo en voz alta varias veces y, si se confunde con las palabras, simplifíquelo. Pídale a un amigo que lo escuche y le responda si comprende la lógica, qué, en su opinión, se debe agregar y qué se debe eliminar. Y trate de hablar brevemente: la respuesta ideal a la pregunta “Hábleme de usted” es en dos o tres minutos.
Crea una conexión emocional
Se olvidan hechos secos, pero se recuerdan historias con emociones. Agrega un ejemplo específico a tu historia que revele tu carácter o tus valores.
Si en la primera empresa en la que trabajó se encontró con fallas masivas de clientes y no solo comenzó a recopilar estadísticas, sino que también escuchó a cada una de ellas, asegúrese de mencionar esto durante la entrevista; de esta manera mostrará su humanidad y participación en el proceso. Y luego agregue que condujo a un resultado positivo específico.
Por cierto, una historia así le da al entrevistador una razón para hacer preguntas aclaratorias, y este es otro punto para despertar su interés en su candidatura.
Habla en el lenguaje del beneficio, no del deber.
La frase “yo estaba a cargo del SEO” suena aburrida. En cambio, debe centrarse en el resultado y el beneficio que sus actividades aportaron a la empresa.
Por ejemplo, puedes aclarar: “Reelaboré la estrategia de contenidos en las redes sociales: lancé una serie de entrevistas a expertos, que triplicaron el engagement y atrajeron a dos clientes clave”.
He aquí un consejo para no olvidarse de las cosas importantes: antes de la entrevista, escriba sus tres principales logros en lugares anteriores y formulelos como beneficios para el negocio: “salvados”, “ganados”, “acelerados”, “prevenidos”.
Sea honesto acerca del fracaso, pero de la manera correcta.
Las preguntas sobre el fracaso son inevitables, pero no hay que temerlas. Es importante demostrar que no te avergüenzas de tus fracasos y hablar de cómo los superaste.
Aquí hay un ejemplo: en el primer trimestre, su equipo no cumplió con su plan de adquisición de clientes. En lugar de culpar a las circunstancias, admite: “No tuve en cuenta la caída estacional de la demanda”. Pero la historia no termina ahí: analizó los datos durante tres años, revisó por completo la estrategia publicitaria y ya en el segundo trimestre llevó los indicadores a positivos.
¿Qué se llevará el entrevistador de una historia así? Que no seas sólo analítico, sino que sepas admitir errores, corregirlos rápidamente y abordar tu trabajo de forma sistemática para que no se repitan. Esto es mucho más valioso que una historia de éxito continuo.