¿Qué es el daño emocional y en qué se diferencia una lesión del trauma?

¿Qué es el daño emocional y en qué se diferencia una lesión del trauma?

Cuando hablamos de salud mental, constantemente nos referimos a diversos tipos de traumas.

Puede parecer como si todos los que te rodean hubieran sufrido un shock terrible y ahora estuvieran sufriendo. La mayoría de las veces esto es una exageración. Algunas personas intentan darle más significado a su pasado, otras simplemente mantienen la conversación. La verdad es que no toda experiencia dolorosa se convierte en trauma.

Las heridas mentales y emocionales varían en profundidad. El éxito de la estrategia de curación elegida depende de la capacidad de diagnosticar la magnitud del daño. Por eso, es sumamente importante mirar las cosas de manera realista, sin representar la tragedia, pero también sin ocultar el dolor si algo realmente duele.

Sólo un rasguño o una cicatriz

¿Qué es el daño emocional y en qué se diferencia una lesión del trauma?
Imagínese cómo se ve un ligero rasguño en la piel, un brazo roto enyesado y una cicatriz vieja que ha sanado hace mucho tiempo. El rasguño causa algunas molestias, incluso puede sangrar un poco, pero en cuestión de minutos todo desaparece. Una fractura requiere mucho más tiempo para recuperarse. La extremidad debe mantenerse inmóvil durante muchos días. Una cicatriz es un asunto completamente diferente. No duele, no sangra, no requiere cuidados especiales, pero te recuerda lo vivido.

Las heridas emocionales también se dividen según el grado de daño. Algunas experiencias causan dolor justo en el momento de una pelea. Un ser querido se comportó de manera completamente diferente a lo esperado, casi traicionado. Esto es desagradable, pero no es un signo de trauma mental.

Otras experiencias dejan cicatrices que cambian para siempre la relación con la fuente del dolor. Los agravios del pasado regresan periódicamente a los recuerdos, especialmente cuando estás sobrecargado emocionalmente. Las cosas más impredecibles pueden convertirse en un detonante que provoque una nueva ola de experiencias. Por eso es de suma importancia medir la profundidad de la herida.

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Estrategia de sufrimiento

¿Qué es el daño emocional y en qué se diferencia una lesión del trauma?
Nuestro cuerpo es extremadamente eficiente. Todas las reacciones emocionales obligan a la persona a aprender, adaptarse y navegar en una vida no estática. Al sentir incluso una amenaza hipotética, movilizamos recursos y tratamos de evaluar los riesgos. La capacidad de anticipar las consecuencias te ayuda a sobrevivir.

Normalmente, después de recibir una lesión física o mental, la mente procesa el evento, saca conclusiones y regresa a un estado de calma. Sin embargo, a veces no hay retorno al punto de partida. Esto puede deberse a exposiciones repetidas, falta de recuperación, un ambiente tóxico o una autocatastrofización de lo sucedido.

Una herida emocional no curada se convierte en un nuevo patrón que cambia las creencias, las expectativas y la personalidad misma. Algunas personas pierden su tolerancia y flexibilidad cuando otras pierden su antigua perspicacia y confianza en sí mismas. La experiencia dolorosa elige un modelo de comportamiento: este es un mecanismo de defensa: no luches, no corras riesgos, no hagas amigos, no ames.

Parece que las lesiones deberían enseñar algunas lecciones, pero si la situación es incontrolable y las heridas no se tratan, entonces el sistema nervioso da la única y más simple instrucción: sobrevivir, sin importar cómo. Si esto sucede, comenzarás a sentir que estás viviendo literalmente con miedo, incertidumbre y ansiedad.

La memoria demuestra obsesivamente los fragmentos más desagradables, la personalidad está sujeta a fragmentación. Por tanto, la herida deja de ser sólo un acontecimiento del pasado, se convierte en una estrategia de supervivencia.

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Dos tipos de heridas

¿Qué es el daño emocional y en qué se diferencia una lesión del trauma?
La traición, la traición, la crítica excesiva y demasiado dura pueden herir el corazón. Este dolor persiste y se extiende mucho más allá del momento en que ocurrió el evento. Se queda atrapada en el espacio entre las expectativas y el resultado recibido. La mente vuelve constantemente a la simple pregunta “¿Por qué?”, que muchas veces no tiene respuesta. Sin embargo, no todas las heridas profundas o incluso los traumas cambian nuestra percepción emocional del mundo y de la vida. Un héroe inesperado puede acudir al rescate: la autoestima.

El ego está afuera mirando hacia adentro y exige que permanezcas presentable. Entiende que la incertidumbre que antes era inusual para usted, el deseo de aislarse de todos, es solo una reacción defensiva que necesita ser comprendida y controlada. En este contexto, el ego puede compararse con el administrador de una casa. Las quejas lo atraviesan, tiene que actuar, tapar agujeros en el tejado, reparar ascensores, sustituir intercomunicadores defectuosos.

A veces es de vital importancia dar un paso atrás, mirar lo sucedido desde fuera, sin olvidarnos del sano orgullo.

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¿Qué es el daño emocional y en qué se diferencia una lesión del trauma?
Otro tipo de herida puede ser causada por negligencia o falta de atención. Sangran lentamente, convirtiendo las necesidades ordinarias en lujuria. Cuando una persona busca conexión, pero se enfrenta constantemente a la indiferencia, la psique internalizará esto como el nivel básico de las relaciones. Posteriormente, todos los nuevos conocidos pasarán por el filtro adecuado. Es fácil aceptar que nadie te necesita, pero de vez en cuando tus emociones se apoderarán de ti. Esto se expresa en forma de demanda de atención, simplemente porque la necesitas ahora mismo como consuelo, como vendaje para una herida no cicatrizada.

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Para curar una lesión de este tipo, la mayoría de las veces se requiere ayuda externa. Podría ser un psicólogo profesional o simplemente una persona cercana y comprensiva que esté dispuesta a esforzarse y aguantar juntos si es necesario.

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