7 cosas que sucederán cuando dejes de intentar tener el control

7 cosas que sucederán cuando dejes de intentar tener el control

En la vida, a menudo existe la tentación de cambiar a alguien o algo para que sea “correcto” y “mejor”.

Parece que la felicidad sólo llegará cuando los demás se comporten de manera diferente y cuando las circunstancias se dobleguen a tu voluntad, pero la verdad es que cuanto más intentas controlarlo todo, más cansado y frustrado te sientes.

Intentar controlar a los demás se convierte en una lucha eterna que quita fuerzas y priva de alegría. El verdadero alivio llega cuando dejas de luchar y dejas que la vida sea como es. Esto es lo que sucede cuando dejas de intentar controlarlo todo.

1. Empezarás a enamorarte de las personas tal como son.

7 cosas que sucederán cuando dejes de intentar tener el control
La mayoría de los conflictos nacen precisamente del deseo de hacer que los seres queridos se ajusten a las propias ideas sobre lo que deberían ser. Pero la belleza de una persona no es que coincida con tus expectativas, sino que sea diferente a ti. Su valor radica en su singularidad y en el hecho de que tiene su propio carácter, hábitos y lógica.

No es necesario estar de acuerdo con sus puntos de vista para respetar su racionalidad o aprobar la elección de cualquier otra persona para reconocer el derecho de otro a vivir como mejor le parezca. Intente al menos una vez observar sinceramente a alguien sin ganas de evaluarlo, y verá: es mucho más profundo e interesante de lo que parecía antes.

Cuando dejas de intentar “arreglar” a alguien, se revela algo sorprendente: comienzas a ver la verdadera profundidad. Cada uno resulta ser único: con sus propias rarezas, características sorprendentes y aspectos únicos. Esto es lo que hace que las relaciones sean vivas, sinceras y reales, porque el amor no se trata de hacer las cosas de nuevo, sino de permitir que los demás sean ellos mismos.

Y lo más importante: así es como realmente puedes disfrutar de la compañía de las personas y no luchar con ellas por el control.

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2. Te volverás independiente de las opiniones de los demás.

Los malentendidos y las distorsiones de la percepción nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Una persona te considera reservado, otra, demasiado habladora, alguien considera que tu precaución es cobardía y alguien, sabiduría. Esto puede hacerte feliz o herirte, dependiendo de cuánto dependas de las opiniones de otras personas.

Piénsalo: ¿cuántas veces la vida no ha ido como querías, sólo porque alguien malinterpretó tus palabras o acciones? Y viceversa, ¿cuántas oportunidades inesperadas se han abierto sólo porque alguien notó algo en ti que tú no viste en ti mismo? La percepción de los demás siempre será subjetiva.

La verdad es que no puedes controlar completamente cómo te perciben: la gente seguirá viendo lo que quiere ver. Si dejas de luchar por el control sobre las opiniones de los demás, aparece la ligereza en tu interior, porque llega la comprensión: lo que importa no es cómo te presentan, sino quién eres realmente y qué haces realmente.

Y esto es liberador, porque las interpretaciones de otras personas son responsabilidad de sus dueños, no de ti.

3. Encontrarás riqueza dentro de ti.

7 cosas que sucederán cuando dejes de intentar tener el control
Incluso los filósofos antiguos decían: las personas no se preocupan por los eventos en sí, sino por los pensamientos sobre ellos, y hasta ahora esta es la fórmula más precisa del estado interno. El evento en sí rara vez tiene una connotación emocional: usted mismo lo agrega.

He aquí un ejemplo sencillo: de repente empezó a llover a cántaros. Para una persona significa un camino arruinado, para otra significa la alegría de relajarse en casa y para una tercera significa salvar la cosecha. Hay un evento, pero decenas de reacciones. Y el problema no es la lluvia, sino cómo percibirla.

Puedes quedarte atrapado sin cesar en la preocupación de que todo vaya mal y perseguir estos pensamientos en tu cabeza, o puedes detenerte y ver que la paz ya está dentro y no depende de las circunstancias. La armonía mental llega cuando dejas de necesitar que todo cambie con urgencia.

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Cuando te permites estar en el momento presente sin exigir que el mundo sea diferente, descubres que siempre hay apoyo en tu interior, y esta es una verdadera riqueza que nadie te puede quitar.

4. Empiezas a aprender de la vida misma.

Cuando intentas controlar lo que no puedes controlar, es como si cerraras los ojos a la realidad. En este momento no estás aprendiendo ni observando, sino resistiendo. Pero una vez que sueltas el control al menos por un tiempo y observas cómo funciona todo, inmediatamente se hace visible mucho más.

El mundo funciona según sus propias leyes, tiene un ritmo que no depende de tu deseo; la resistencia a este ritmo siempre conduce a la decepción. Pero si te permites notarlo y estudiarlo, se revelan conocimientos asombrosos: sobre la naturaleza de las personas, sobre cómo se desarrollan las situaciones, sobre cómo tú mismo cambias a lo largo de los años.

Y esto es lo interesante: las lecciones más valiosas se obtienen en momentos de observación, no de lucha. El control nunca dará comprensión; solo la tensión y la aceptación abren la oportunidad de ver la realidad tal como es.

5. Te resulta más fácil disfrutar de sorpresas inesperadas.

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Si pudieras conocer todo el futuro de antemano y controlar cada paso, la vida rápidamente se volvería aburrida. A veces es una palabra, una melodía o un encuentro aleatorio que puede tocarte tanto que te deja sin aliento.

La incertidumbre es un regalo. Abre espacio para el deleite, la sorpresa y la alegría, y es a través de ello que sentimos el valor de la vida.

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Cuando dejas de exigir que todo salga estrictamente según tu plan, tienes la oportunidad de ver lados inesperados de la vida. Empiezas a notar la belleza en las pequeñas cosas, la alegría en los accidentes, es decir, en lo que ayer parecía un caos.

6. Liberarás tu mente de preocupaciones innecesarias.

Tratar constantemente de mantener todo bajo control sólo aumenta el estrés.

¿Qué pasa si a veces dejas que la vida siga su curso? ¿Qué pasa si confías en que la solución llegará en el momento adecuado, incluso si la respuesta no está clara ahora? Se puede entrenar la mente para dejar de lado pensamientos innecesarios, y definitivamente vale la pena aprender esto.

Dejar ir no significa inacción o irresponsabilidad; significa que dejas de agotarte luchando contra lo que no se puede cambiar. En cambio, centra su atención en lo que realmente importan sus esfuerzos.

Cuando aparece la habilidad de dejar ir, la tranquilidad se convierte en un estado natural, y entonces incluso las situaciones más difíciles dejan de parecer desastres.

7. Obtendrás más haciendo menos.

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Hay una sabiduría simple: si quieres administrar tu rebaño, dale amplios pastos. Cuanto mayor sea el espacio, más tranquilos estaréis tanto los animales como tú. Lo mismo ocurre con la vida: cuando dejas de exprimir todo en un marco rígido, los eventos comienzan a tomar forma por sí solos.

No, no te dejas llevar por la pereza y no estás inactivo: confías en el proceso y, en lugar de gastar energía en luchar, la diriges hacia donde realmente tienes influencia en tu propia actitud hacia lo que está sucediendo, en tus pasos y elecciones.

Y el resultado es una paradoja: obtienes más, aunque haces menos movimientos innecesarios. El mundo no se convierte en un enemigo, sino en un aliado confiable.

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