La correspondencia es un proceso de vida en el que la energía, el interés y la participación mutua son importantes.
A veces va fácilmente: las frases en sí se forman, el tiempo vuela desapercibidos y usted crea la sensación de que la comunicación puede durar sin cesar. Pero hay situaciones en las que la conversación comienza a deslizarse, las respuestas se estiran y gradualmente la correspondencia se desvanece. Para evitar que esto suceda, debe aprender cómo notar las primeras señales y cambiar el curso de la comunicación a tiempo.
Estos son algunos de los principales signos de que la correspondencia se está moviendo al punto muerto y el consejo de lo que puede hacer para revivirlo y mantener el interés.
Las respuestas se convierten en monosilábicas
Las réplicas cortas como “AHA”, “OK” o “Comprensible” es la primera señal de que la conversación pierde la dinámica. Muestran que el interlocutor tiene poca energía para la comunicación, o no ve el punto de desarrollar el tema. Si deja todo como es, el diálogo se desvanecerá rápidamente, porque el intercambio de palabras monosilábicas no crea movimiento hacia adelante.
Es importante no reaccionar con el resentimiento o los reproches, sino tomar la iniciativa en sus propias manos. Puede enviar correspondencia en una dirección diferente, por ejemplo, puede hacer una pregunta que requiera una respuesta detallada, plantear un nuevo tema o mostrar interés en lo que es importante para el interlocutor.
Incluso un cambio simple en la dirección de la conversación puede devolver su vida. Las respuestas de un solo tamaño no son el final, pero solo una invitación para que trate de involucrar a una persona de manera diferente.
Pausas largas en respuestas
Cuando las horas, o incluso los días, la correspondencia pierde gradualmente el ritmo entre los mensajes. Comienza a sentir que está escribiendo en el vacío y que todo se mantiene exclusivamente en su deseo de mantener la comunicación. Como resultado, existe la sensación de que la conversación se rompe incluso antes de que tenga tiempo para comenzar.
En tal situación, lo más importante es no caer en los extremos. Obsesión, ráfaga de mensajes o reproches al estilo de “¿Por qué no respondes?” Solo agravarán el problema.
Las personas están ocupadas, sobrecargadas de negocios, cansadas después del trabajo, y esto es normal. Es mejor darle espacio interlocutor y mostrar que respetas su tiempo, pero al mismo tiempo puedes recordarte suavemente mensajes discretos.
Lo principal es no presionar a una persona y no exigir respuestas instantáneas de él, sino permanecer en contacto para que no sienta la obligación de tirar todo y agarrar el teléfono con urgencia.
La conversación está girando alrededor de la misma
Si discute el clima, el trabajo o las mismas pequeñas cosas familiares una y otra vez, el diálogo se convierte en una repetición interminable. Al principio puede parecer conveniente, pero la fatiga y el aburrimiento aparecen muy rápidamente.
Para evitar esto, debe poder “retirar” la comunicación del movimiento habitual. La transición a temas que van más allá de lo que ya se ha dicho funciona perfectamente: estas pueden ser impresiones, sueños, planes o pensamientos.
Incluso una persona familiar puede sorprender si le preguntas que siente que lo está inspirando o que le gustaría cambiar en su vida. Tales temas inmediatamente dan una profundidad de conversación y no permiten que se atasque en la superficie.
Sin emociones y reacciones
Las emociones son lo que revive la correspondencia. Cuando el interlocutor deja de usar los emoticones, no responde a sus bromas y escribe secamente, el diálogo se vuelve como el intercambio de notas oficiales. Incluso si sigue siendo el interés, en este formato no durará mucho.
Para evitar esto, es importante agregar pinturas usted mismo. Cuéntame sobre algo que te causó sentimientos fuertes, comparte un hecho o evento interesante. Su participación emocional a menudo funciona como “infección”: es más fácil para el interlocutor activar si ve que es importante y emocionante para usted usted mismo. La correspondencia cobra vida donde hay reacciones sinceras y no formulaciones secas.
El interlocutor no hace preguntas sobre el mostrador
Una conversación real se basa en el intercambio: usted dice, y el interlocutor aclara, está interesado, comparte su experiencia y viceversa. Si todo va en una dirección y tienes que tirar constantemente la conversación, hay una sensación de desequilibrio, que se cansa e inevitablemente conduce a un callejón sin salida.
Para corregir la situación, es importante no esperar la actividad pasivamente, sino llevarla a sus propias manos. Comparta algo para que el interlocutor tenga el deseo de responder o continuar el tema: el formato de frases abiertas que sugieren que la reacción a menudo ayuda.
Cuando habla sobre sus pensamientos y sentimientos, y no solo hace preguntas, el interlocutor tiene un incentivo natural para unirse al diálogo.
La correspondencia se vuelve demasiado predecible
Cuando sepa de antemano cuál será la respuesta, la correspondencia deja de ser interesante. No se trata solo de frases de plantilla, sino también de todo el estilo de comunicación, donde no hay elemento de sorpresa.
Para evitar esto, es importante convertir la frescura en correspondencia. A veces es suficiente compartir un pensamiento inusual o una observación inesperada, y también puede plantear un tema que se elimina del marco habitual o agregar humor.
Cuanto más espontaneidad y sorpresa, menos posibilidades de que la conversación se desvanezca. La correspondencia debe vivir con su dinámica y no repetir el guión día tras día.
Usted usted mismo se siente fatiga por la comunicación
Sucede que la correspondencia llega a un callejón sin salida, no porque el interlocutor sea aburrido o pasivo, sino porque usted mismo ya no tiene la fuerza y el deseo de liderarlo. A veces seguimos escribiendo por hábito, sin siquiera pensar por qué estamos haciendo esto.
Si nota tal fatiga, debe detenerse y preguntarse honestamente: ¿es necesaria esta comunicación? Si es así, entonces quizás valga la pena cambiar el formato: cambie a llamadas o reuniones personales.
La comunicación viva a menudo trae nuevas emociones que en el chat parece lento. Y si el interés se desvanece realmente, es mejor completar la correspondencia con calma y sin una lágrima. La capacidad de poner un punto en el tiempo también es parte de un enfoque maduro de las relaciones.