Puedes pensar que lo principal es lo que dices, a saber, palabras, argumentos y redacción.
Pero la gente te juzga con mayor frecuencia por cómo lo dices. El timbre de la voz, la velocidad del habla, las pausas, la entonación, el volumen, todo esto juntos forma la comunicación para la tolva para que la perdida, o el lenguaje para.
Incluso si dice la misma propuesta “Me alegro de verte”, dependiendo de cómo lo digas, puede sonar como un deleite sincero, formalidad cortés o incluso sarcasmo.
La forma en que dices es una especie de “firma vocal” de tu personalidad, y ella a menudo te cuenta más sobre ti que cualquier palabra. Esto es lo que otros pueden aprender sobre ti por la forma en que hablas.
1. El timbre de la voz: indicador de confianza y dominio
Una voz cálida, baja y tranquila se percibe como un signo de fuerza y confianza. Las personas con tal timbre causan confianza, sonan convincentes y maduros. Es por eso que muchos anuncios, políticos y líderes intentan hablar a continuación y más estable.
Pero una voz alta, aguda o temblorosa es a menudo una señal de emoción, ansiedad o tensión. Si habla de manera intermitente, con ronquera, como en su garganta, el interlocutor siente: está inseguro, se siente incómodo o está tratando de complacer.
Para hacer una voz a continuación y más segura, hable más lentamente, respire más profundo y un poco de garganta relajante, para que el sonido se vuelva más denso y tranquilo.
2. Velocidad del habla: ¿Qué te esconde o no tienes tiempo para esconder?
El discurso muy rápido puede ser una señal de mente, energía y participación, pero con mayor frecuencia suena como nerviosismo, ansiedad o miedo a ser interrumpidos. Discurso rápido como tren que pasa: el oyente no tiene tiempo para usted, se pierde la atención de esto.
El discurso lento e inteligible con pausas claras suena tranquila y sólida. Pero aquí es importante no exagerar: si estira cada frase, como si lea por sílabas, se percibe como una manera o aburrida antinatural.
Es mejor adherirse a un ritmo moderado del habla, no demasiado rápido, no demasiado lento. Asegúrese de que el interlocutor tenga tiempo para digerir la información, pero no se duerma con el aburrimiento.
3. Entonación: ajusta o establece el tono
La entonación es cómo modulas una voz dependiendo del significado. Si termina la declaración de interrogatoria, incluso las palabras seguras pueden sonar como duda.
Por ejemplo, la frase “¿Estoy seguro de esto?” No parece que “estoy seguro de eso”. La diferencia es colosal, y la gente lo lee al instante.
La entonación segura es un tono suave y ligeramente baja al final de la frase. Suena tranquilo, firme y convincente.
4. Volumen: quieres dominar o ser escuchado
Una voz fuerte puede sonar como potencia, pero también como una presión. Es apropiado en un entorno ruidoso, pero en una comunicación cercana puede asustar. Una voz tranquila, por el contrario, puede parecer modesta, tímida, no lo suficientemente convincente.
El volumen se trata de control. Si sabe cómo ajustarlo a la situación, causa la impresión de una persona flexible y consciente.
5. Pausa y silencio: controlas el momento o pierdes el hilo
Cuando tienes miedo al silencio, comienzas a llenarlo con palabras parásitas: “uh”, “bien”, “tipo”, “en resumen”. Esto no solo interfiere con la percepción, sino que también hace que el discurso sea menos convincente. Hay la sensación de que no sabes lo que quieres decir.
Pero una pausa segura es el poder. Si da un lugar para el silencio, crea tensión, enfatiza pensamientos importantes y le da al oyente el tiempo para digerir lo que se ha dicho.
Trate de hacer una pausa breve deliberadamente antes de la próxima conversación antes de una frase importante y sienta cómo cambia la atmósfera.
6. Risas, suspiros, ahi: microsinales de emociones
Incluso si intentas sostener tu cara, una voz puede darte. Una risa delgada, una fuerte respiración, descuidar el resoplido: todo esto es un lenguaje para, y es él quien a menudo expone mentiras, sarcasmo, fatiga, irritación.
Puede decir la frase “No, todo está en orden”, pero si se dice a través de un suspiro o con una nota de fatiga, entonces la persona comprenderá que está elaborando. Por lo tanto, es importante comprender qué “sonidos entre las líneas” que produce.
7. Ritm y estructura Discursos: TE espontáneo o estructurado
Si su discurso es un flujo de pensamientos sin el principio y el final, con muchos “uh” y “aquí”, puede parecer que en su cabeza el caos. Y si claramente conduce la idea de un punto a otro, conduce a conclusiones, hace transiciones lógicas, esto se percibe como madurez e inteligencia.
Pero el “ensayo excesivo” suena antinatural. No intente hablar de la manera más suave posible, mejor, estructurado, pero vivo.
8. Coloración emocional: eres un robot o una persona viva
Una voz sin emociones es un caparazón vacío. Incluso si dice las cosas correctas, sin energía y coloración, se pierden y se vuelven poco interesantes.
Pero una voz viva, donde se siente la alegría, la indignación o la simpatía, está capturando. Lo principal es que las emociones son reales, porque un juego artificial es percibido por una voz como falsedad.
9. Articulación: ¿Quieres ser entendido o no?
Si tragas los finales, murmuras o habla a través de tus dientes, será difícil de entender, y no solo en el sentido literal. El discurso difuso a menudo se percibe como incertidumbre, pasividad o incluso falta de respeto.
Una dicción clara con terminaciones claras y sin estrés excesivo, por el contrario, muestra respeto por el interlocutor y que puede controlarse.
Consejo: hacer calientes articulatorios y vocales. La forma más fácil de mejorar la claridad del discurso es pronunciar trucos de lengua o leer el texto en voz alta, “acuñar” cada palabra. Después de un par de días ya sentirás la diferencia.
10. Hábitos verbales: eres consciente o en piloto automático
Algunas frases que repites de vez en cuando, por ejemplo, “de hecho”, “en realidad”, “honestamente” se convierten en tus sellos de habla. Pueden tener sentido, o también pueden hacer un vacío.
Si repite lo mismo en cada conversación, da su nerviosismo o automatismo. Las personas inconscientemente sienten esto, así que rastrea las expresiones que usas con más frecuencia y piensan si realmente las necesitan.